Nunca está de más ser sincero
nunca está de más vivir sin miedo,
no sé de dónde vengo
no sé a dónde voy
pero a estas alturas,
saberlo ya no quiero
Voy sin rumbo a ningún lugar
porque ningún lugar es de ensueño,
no tengo fe en mi mismo
pero lo hago por vosotros,
creéis en mí, qué más pido
Una vez tras otra caigo en la bebida
una vez tras otra vivo.
Nunca en mi vida este mundo he querido verlo
de ningún otro lugar
que no sea desde el cristal de una botella
Pues así la realidad se ve tan bella...
que no tengo miedo de tirármela
El destino nos condiciona,
y nosotros condicionamos al destino
creando una ecuación en la cual
el resultado ha resultado ser
yo tirado en un banco,
sin ella.
Viviendo sin miedo y siendo sincero
la vida es pura amargura,
pero oye, la poca felicidad que tienes
al menos dura,
y te acostumbras a ello,
así que, qué más quiero